Aqui, unos días despues de llegar a casa, cuando tenía la curiosa costumbre de meterse bajo las piernas, en este caso, bajo la mesa, donde deberían ir los pies de Javier. Concretamente bajo la mesa de su despacho, en un "huequín" de nada, donde ahora tan solo hay un reposapies y por supuesto los correspondientes enchufes.
Ahora es impensable que pueda meterse, su tamaño es el doble o triple, jeje, que el hueco y es entonces cuando te das cuenta de cuánto ha crecido.
En esta fotografía se puede ver la hernia que meses más tarde tuvieron que operar. Tenía casi 3 meses de nada el bichito.

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